EL BOOM DE LA PUBLICITAT
EL ARTE MÁS AL ALCANCE DEL GRAN PÚBLICO
Casi finalizando la segunda década del siglo XXI, estamos en la cincuentena y hemos vivido con intensidad campañas publicitarias para incitar al consumo de productos, no dejamos de sorprendernos ante la publicidad actual, agresiva, con excesiva velocidad, terriblemente visual, sin que el texto o el mensaje pueda apreciarse de forma racional, aunque de todos es sabido que está enfocada de forma subliminal.
Por lo antes expuesto, que un museo de carácter municipal como el del Disseny de Barcelona, presente una muestra en la que se dé a conocer a las nuevas generaciones una publicidad elegante, atractiva en cuanto a su diseño, con eslóganes impactantes para la época, con imágenes que han formado parte de la cotidianidad de nuestros padres y abuelos, y para quienes estamos en la juventud de la vejez, recordamos aun haberlas visto en paredes y comercios, no deja de producir cierta nostalgia de unos tiempos que, con menos medios había más imaginación, y en un entorno donde grandes maestros del dibujo y la pintura no dudaron en colaborar.
La exposición que se inauguró el pasado 14 de diciembre de 2018 y finalizará el próximo 31 de marzo, abarca un total de 250 piezas, todas ellas icónicas de marcas y productos de uso cotidiano, provenientes en buena parte de la Colección Mateu Llinàs i Audet de Barcelona, principalmente las piezas de cartón y lata, i del Museu de Manises en lo referente a los murales de cerámica.
Tal como indica la nota de prensa, la muestra está comisariada por Pilar Vélez, directora del Museu del Disseny, y hace un recorrido, desde el final del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, en la que el visitante puede apreciar la publicidad comercial dedicada especialmente a la difusión de productos de toda índole, consumidos por la sociedad de la época.
Estos reclamos fueron obra tanto de autores artistas, dibujantes comerciales o cartelistas, algunos de gran renombre y otros anónimos o aún desconocidos. Destacan nombres como Gaspar Camps, Pere Casas Abarca-unos de los más prolífics-, Rafael de Penagos, o el dibujante Géza Géza Zsolt, entre otros.
Contribuyeron a la difusión de estos soportes publicitarios los procedimientos técnicos de reproducción, en el caso de la lata y el cartón la litografía con colores o cromolitografía, y la técnica del tubat respecto a las baldosas. La cromolitografía, entonces un procedimiento de reproducción innovador ya contribuyó a la divulgación del cartel publicitario en papel, y aplicada también sobre lata y cartón, llenó de color el mundo de la publicidad como ya había hecho con el mundo editorial.
Durante este período la lata, el cartón y la baldosa cerámica fueron importantes soportes publicitarios que favorecieron una gran difusión de los productos anunciados, sobre todo en los establecimientos comerciales - pequeños comercios o grandes almacenes -, encima de los mostradores, los escaparates de las tiendas o en las fachadas. Fueron unas piezas publicitarias que se integraron muy bien en el paisaje cotidiano colocadas en lugares estratégicos y concurridos, lo que contribuyó a su popularidad.
El boom de la publicidad se organiza en doce ámbitos que corresponden a las industrias que más crecieron en este periodo, cuando se inicia la fabricación intensiva de bienes de consumo: productos alimenticios, vinos y cavas, farmacéuticos, de higiene y perfumes, tabaco, maquinaria, seguros, entre otros. La exposición presenta un recorrido con un eje cronológico que permite ver los cambios en la estética y el mensaje publicitario.
Es interesante destacar de esta muestra las claras influencias del Modernismo y del Art Decó, que abarcaron del 1870 al 1930-39, un periodo donde ambas tendencias artísticas convivieron a la perfección. El idealismo que preconizaba el Modernismo en base a una intención rupturista con los estilos predominantes de la época, buscando una nueva estética, inspirada en la naturaleza y con elementos de la revolución industrial, marcó el cambio de paradigma.
El culto a la belleza y la utilización de imágenes armoniosas son una de las características más destacadas, así como un acercamiento de la belleza artística a los objetos cotidianos, de modo tal que el arte fuera accesible a todas las clases sociales.
Las mujeres modernistas eran esbeltas, elegantes, seductoras, y los productos de uso cotidiano inspirados en este movimiento ofrecían envases con diseños alegóricos, no exentos de cierto glamour, que obedecían a la captación de un público de toda índole que se sintiese inspirado por esas formas tan bellas y etéreas. Puede apreciarse especialmente en los productos alimenticios como los chocolates, algunos cafés, el papel de fumar, etc.
Sirva como ejemplo un artista como Gaspar Camps i Junyent. Observe el espectador la pieza adjunta: las cuatro estaciones que puede contemplarse en el Museo del Modernisme de Barcelona, y que puede compararse con la publicidad destinada a El Cafeto, una pieza de 1920 diseñada por el mismo autor.
Con respecto al Art Decó Se caracteriza por la profusión ornamental, el lujo de los materiales y el frecuente recurso a motivos geométricos y vegetales.
Como síntesis se puede decir que el Art Déco ante todo buscó la decoración por encima de la funcionalidad.
Desarrollado en París y más tarde cultivado en Hollywood, como el estilo de las estrellas, fue durante años el símbolo del glamour. Influyó en la cultura de su tiempo y guiando la estética en nuevas y revolucionarias direcciones. El diseño industrial, la tipografía, la publicidad o la moda no serían iguales sin este movimiento, inspirándose en el Antiguo Egipto, ingeniería aerodinámica e iluminación eléctrica tomada del futurismo, las formas fraccionadas del cubismo, los colores fauvistas la geometrización de la Bauhaus, etc.
Un arte de marcado eclecticismo y hedonista, que fue fiel a su época de grandes cambios tecnológicos, políticos y sociales. Es burgués (casi puramente decorativo) y nos habla del progreso, la elegancia, lo opulento, lo exagerado, casi como una reacción contra la austeridad forzada a causa de la Primera Guerra Mundial.
Claros ejemplos de diseño de Art Decó son los perfumes y productos de cosmética, tanto para hombres como mujeres, o mejor decir, Damas y Caballeros. Una publicidad que incitaba a un consumo de un producto minoritario y cosmopolita para quien lo usara.
Dentro de las curiosidades de esta muestra, destaca los polvos de talco Ausonia, que utilizaron la imagen de un bebé, pero en cuyos envases, y hasta prácticamente principios del siglo XXI, una imagen femenina constituía su atractivo reclamo, tal como puede apreciarse en la imagen.
Si los chocolates y cafés mostraban refinamiento y exquisitez, al igual que algunas marcas de aceite, lo contrario eran los productos alimenticios más básicos como latas de conservas, bacalaos, etc., de corte más gracioso y simpático.
Los murales de cerámica son absolutamente encantadores. Muestran todo tipo de productos, incluso discográficos como el reconocido Jack Russell que escucha la Voz de su amo, a través de un fonógrafo, y que durante décadas fue el símbolo de Emi Records. Una pieza con un toque romántico, en contraste con la elegancia y distinción que representaba tomar un Fernet Branca, así como interesantes por su diseño y curiosidad resulta el Balneario-Termas Orión, con alegorías romanas o la coquetería de los corsés y ropa interior femenina de la época perteneciente a Farrás y Ribes.
La imagen del limpia metales Netol, que ha servido de cartel publicitario a esta muestra, es inconfundible hoy en día. No hay excesivos datos sobre su creador, pero sin embargo, la exposición si muestra amplia información sobre los fabricantes de las distintas piezas expuestas, en su diversidad de materiales. Los productos de limpieza o raticidas, muestran un diseño contundente, para acabar con plagas de toda índole o permitir con todo primor la limpieza del hogar.
Otra de las curiosidades a destacar es un Cusachs de carácter militar, con un pequeño sello que sirvió de base para la publicidad de una firma de seguros. Una forma simbólica de garantizar la solidez de la compañía aseguradora, a través de la firmeza del estamento militar.
Una muestra curiosa, didáctica, de gran variedad, a la que sin embargo su planteamiento estético y expositivo no ayuda en demasía, puesto que se hubiera agradecido más peanas y vitrinas de cristal, que incluso hubieran permitido observar el troquelado interior – no en todas las piezas – para acabar de comprender que significó la publicidad en los objetos que forman parte de esta colección, y por lo tanto, de la historia social del siglo XX,
Unos usos y costumbres que lamentablemente permanecen ya en el cementerio del olvido, aunque tanto por contemplación como por el ilustrativo catálogo que acompaña la muestra, muy extenso, con algunas piezas que no se exhiben en la misma, permite disponer de una herramienta eficaz, de consulta y de curiosidad artística.
MUSEU DEL DISSENY
Plaza de las Glorias Catalanas, 37
Barcelona
http://ajuntament.barcelona.cat/museudeldisseny/es
