FEELINGS. ART AND EMOTION
La Staatsgemäldesammlungen de Munich presenta hasta octubre de 2020 unas 100 pinturas, objetos y películas de alrededor de 40 artistas contemporáneos internacionales que invitan a abordar intuitivamente el arte desde una perspectiva emocional.
¿Qué provoca el arte en nosotros? ¿Hasta qué punto nuestra visión del arte depende de nuestras experiencias y recuerdos personales? ¿Qué sentimientos surgen cuando contemplamos obras de arte, si nuestra mirada es dirigida solo por la intuición?
La exposición FEELINGS busca fomentar este diálogo directo entre la obra de arte y el espectador para estimular un intenso compromiso emocional. Las obras expuestas se caracterizan por motivos enigmáticos y espacios visuales atmosféricos. Alegría, emoción, enojo, repulsión, tristeza y muchas otras reacciones emocionales pueden producirse al ver las obras. La elección de las exhibiciones es subjetiva; El contexto histórico del arte y los textos explicativos de la pared se han omitido deliberadamente.
¿Cuándo nos atrae una imagen, cuándo nos repele? El estudio de las emociones sigue siendo una rama joven de la psicología, la sociología, la historia y la neurociencia. Desde la Ilustración, la atención se ha centrado en la humanidad como seres principalmente racionales; su visión del mundo y las imágenes estaba dominada por el intelecto sobre todo lo demás. Hoy, sin embargo, se puede demostrar que las emociones tienen mucha más influencia sobre nosotros de lo que hemos querido admitir previamente. No es casualidad que la política y la publicidad hayan dependido durante mucho tiempo, y de manera totalmente manipuladora, del uso de imágenes para evocar sentimientos y luego las hayan utilizado para sus propios fines. El arte, por otro lado, se forma en contextos libres, crea una relación puramente personal con el público y existe sin un propósito discernible.
La contemplación de obras de arte ofrece la oportunidad de familiarizarse más con el mundo emocional propio, ya que no es raro que las imágenes desencadenen asociaciones con experiencias que literalmente "se meten debajo de la piel" y que a veces se almacenan durante mucho tiempo. El arte toca nuestro archivo emocional personal. Si las obras se perciben como agradables o desagradables, si confunden o deleitan, todo depende esencialmente de la experiencia almacenada.
Por lo general, se atribuye más importancia al razonamiento que a los sentimientos al ver el arte, ya que parece contradecir su complejidad y profundidad intelectual. Este dominio de lo racional desalienta a muchas personas a comprometerse con el arte contemporáneo en particular.