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Galería LUCIA MENDOZA (Madrid)

Exposición de MERCEDES LARA y FERNÁNDO CUETÁRA –

es el título de la exposición que desde el pasado 25 de noviembre de 2017 y hasta el 19 de enero del recién estrenado 2018, presentó la galería Lucía Mendoza. Bajo este símbolo se reunió por primera vez a los artistas Mercedes Lara y Fernando Cuétara, ambos representados por la galería.

Encarnado por la letra griega » φ (phi, en minúscula) o Φ (Phi, en mayúscula), el título hace referencia al número áureo,

                                                                                Mercedes Lara Vista de la exposición – Galería Lucia Mendoza

también conocido como número de oro, razón dorada o divina proporción. Se trata de un número algebraico irracional que, descubierto en la antigüedad, no implica una expresión aritmética sino una construcción geométrica que puede encontrarse en la naturaleza así como aplicarse a distintos ámbitos matemáticos. Así mismo se le atribuye un carácter estético e incluso místico. Esto ha servido de punto de partida para esta muestra aunando la proporción aúrea y su relevancia matemática y estética.

“Espacio, tiempo y luz –razón dorada de nuestros días, proporción divina de lo sublime conforman el eje sobre el que articulamos esta exposición que podrá visitarse hasta el 20 de enero», explica la galerista Lucía Mendoza. «La obra de Lara, que hace referencia a la relatividad y a la ordenación de espacio y tiempo dialoga así con la proporción de la obra de Cuétara, que busca la pureza del material en los pliegues que él provoca y que la luz acentúa, ilumina o esconde”.

La luz cobra un fuerte protagonismo en esta muestra colectiva, ya sea incidiendo sobre la obra o saliendo de ella, constituyéndose como un elemento más de su plasticidad, situando muchas veces al color como un testigo de ésta. Así, las porcelanas de Lara entablan un diálogo íntimo con los pliegues en los lienzos de Cuétara, estableciendo una comunión entorno a la sencillez y a las referencias a la naturaleza en una muestra donde la proporción es la absoluta protagonista.

La obra de Lara dialoga con la relevancia del tiempo y del espacio, el ritmo del primero y la versatilidad del segundo. Conceptos que escapan a su control por su relatividad y a los que intenta ordenar concediéndoles a través de la luz un ritmo personal.

Fernando Cuétara incorpora la proporción áurea a su trabajo, buscando la excelencia en la pureza del material, en la distribución de los pliegues que en él provoca y que con luz acentúa, ilumina, esconde.

Fernando-Cuetara-Técnica mixta sobre lienzo retro-iluminado. Courtesy-of-Lucia-Mendoza

Porque es en la perfección donde perdura aquello de lo que el tiempo guarda memoria.

Phi, el número dorado, número de oro, sección áurea, razón áurea, razón dorada, media áurea, proporción áurea y divina proporción. Es simplemente un número irracional, representado por la letra griega Φ (phi), denominado así en 1900 por el matemático Mark Barr en honor al escultor griego Fidias por el máximo valor estético atribuido a sus esculturas.

                                                                                                               Vista de la exposición

Cuando los antiguos descubrieron Phi entendieron que era ese el patrón seguido en lacreación de la naturaleza. El hombre, en su intento de imitar la belleza que reside en ella aplica la magia de la Divina Proporción para alcanzarla en todas sus manifestaciones artísticas. Está presente en el arte sacro de Egipto, la India, China y el Islam, domina el arte griego, aparece oculta en la arquitectura gótica de la Edad Media y se consagra en el Renacimiento. Allá donde se persiga de forma profunda la belleza aparece la proporción áurea. No importa de la disciplina que tratemos.

La pirámide de Keops, el Partenón, Santa María de las Flores, la Gran Muralla china, la fachada de la universidad de Salamanca; el Bautismo de Cristo de P. della Francesca, la Primavera de Boticelli, la Anunciación y la Santa Cena de Leonardo, La Creación de Miguel Ángel, Saturno devorando a sus hijos de Goya, las Meninas de Velázquez; las sonatas de Mozart, la quinta sinfonía de Bethoven, trabajos de Bartók, de Debussy o Shubert; las nervaduras de las hojas de algunos árboles, el grosor de las ramas, el caparazón del caracol,los flósculos de los girasoles… son sólo unos ejemplos del alcance de la divina proporción que llega a demostrar científicamente como existe una base neurobiológica de la belleza.

                                                                                  Mercedes Lara – Vista de la Exposición – Galería Lucía Mendoza

Existe un orden dentro del caos que aparenta el mundo que nos rodea, un orden queorganiza, que reparte, que separa. Está fuera de nuestro control y nos observa. Nosconduce en la búsqueda de lo perfecto, lo sublime, lo completo.

A través del tiempo, artistas, filósofos, arquitectos, matemáticos y músicos han discurrido por el espacio de la creación siguiendo las sutiles líneas que establece la proporción áurea supongo que en ocasiones de forma consciente aunque en otras seguramente no. El tiempo se ha convertido en oro. El espacio lo hace pesado, dúctil. La luz le hace brillar.

Mercedes Lara y Fernando Cuétara conversan sobre esos conceptos. Tiempo, espacio y luz. Sus argumentos derivan por caminos que une el agua, nuevo elemento incluido en la obra de ambos, espontánea coincidencia que facilita el fluir de la expresión artística añadiendo un nuevo contenido que distorsiona la realidad aparente jugando

 

                                                                                                                     Fernando Cuetára – Sin título – Técnica mixta sobre lienzo retro-iluminado

con sonido, luminosidad, movimiento, para transformarla. La creación de momentos y ambientes personales dirigidos se vuelve ciertamente imprevisible con la aparición del agua, lo que confirma que la belleza más armónica debe de dejar siempre un lugar para lo enigmático, para que cada espectador sea receptor e intérprete único de cada obra.

 

El oro de ayer es el tiempo de hoy y el agua de mañana. Phi como origen, Phi como conclusión.

Galería LUCÍA MENDOZA
C/ Bárbara de Braganza, 10
Madrid

http://www.luciamendoza.es/es

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